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5 de septiembre de 2011

Apuntes (12): la Importancia del Número 1

Ser el número uno es más importante de lo que parece. Muchas empresas lideres deciden no comunicar su liderazgo por miedo a dar imagen de prepotencia entre sus públicos. Se puede y se debe decir que uno es el número uno, sin que por ello debamos caer en la prepotencia. A la gente le gusta saber que ha hecho una buena elección y consume un producto de éxito reconocido.

Una vez asumido que conviene comunicar nuestra posición, es igual de importante saber, aunque parezca obvio, que aquello en lo que somos líderes ha de ser un argumento de importancia para los consumidores. No sólo eso sino que se deben aportar datos que demuestren nuestra afirmación. Es decir no vale con auto proclamarse ser el número uno sin más. Esto último lo hacen demasiadas empresas, consiguiendo con su afirmación el efecto contrario entre los consumidores.

En mi opinión, el ejemplo del post de hoy ilustra el primero de los supuestos antes mencionados. No el de la compañía que se auto proclama un dudoso liderazgo sino el de la que no le saca el partido adecuado. Hace un par de días compré espuma de afeitar de la marca La Toja, suelo combinar entre dos o tres marcas. En la tapa lleva un sello que dice  Nº 1 en Espumas, debajo en tipografía muy pequeña que apostaría que pasa desapercibida para la mayoría de los consumidores, unos porque no les llamará la atención y otros porque no pueden leer ese letra,  un texto "Fuente: Nielsen 2008"

Desde mi punto de vista, siendo importante lo expuesto en el sello, no se hace un buen uso de la información que se pretende comunicar. Veamos:


-Nº 1 en Espumas. Aunque se sabe que se refiere a espuma de afeitar, creo que o bien se elimina lo de "Espumas" o bien se escribe el texto entero "Espumas de Afeitar". Se opte por uno u otro, hay que aclarar en qué se es el número 1. ¿Nº 1 en ventas? ¿En tecnología? ¿La preferida por los usuarios? ...


-Fuente: Nielsen 2008. Este es un dato importante, no hay duda. Sin embargo el año 2008 da entender que desde la empresa no le dan la importancia que se merece y por ello se esconde en una pequeña tipografía. Cierto que en el 2011 no es el dato que más interese al consumidor sobre todo si no se le informa de qué fue nº1. Incluso puede provocar el efecto contrario al buscado y que algún posible cliente se sienta engañado por pensar que le han querido atraer al producto con el texto Nº1 en grande y complicar la lectura del dato que se refiere al 2008.

Entiendo que en este caso, la información del sello debe ir en el bote de espuma, pero no como algo "nuevo" de "ahora" sino como un reconocimiento a la labor de la empresa. Para ello basta situar en un lateral, que se vea sin dificultad, este liderazgo en lo que fuese que lo haya ostentado en el 2008 y todos aquellos reconocimientos que haya ido recibiendo el producto a lo largo de su existencia.

Por último recordar que  a los consumidores les gusta comprar marcas líderes aunque en las encuestas no lo reconozcan. El motivo es lógico "Si es líder, es que es el mejor". No, no tiene porque ser así, no siempre los productos líderes son los de mejor calidad sino que han alcanzado ese liderazgo por otros motivos. El branding, el desarrollo de su marca, tiene la culpa. El posicionamiento ocupado por los productos líderes en la mente de los clientes es el detonante de ese liderazgo.


1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con tu comentario. No obstante es bueno que la gente sepa que eres líder en algo, para ello basta con añadir el estudio o la información que lo apoye.

    En mi opinión, José Antonio, aumentar la cuota de mercado puede que a medio o largo plazo te haga perder consumidores sobre todo si esa ampliación se ha realizado por medio de la extensión de línea, o de categoría del producto. Esta es la mejor forma para que una marca que ha conseguido ocupar un hueco (posicionamiento) en la mente de los clientes, apoderándose de una palabra, de un atributo importante para ellos, pierda su enfoque y su posición la ocupe otro.

    Piensa que hay miles de productos y empresas que tienen acceso a los mismos libros, manuales y expertos y sin embargo solo unos pocos pueden atravesar el enorme ruido informativo e instalarse en nuestra mente.

    Siguiendo a Jack Trout, Al Ries y Raúl Peralba, el marketing no es una batalla de productos, ni de ser mejor o peor, ni de distribución, sino que se trata de una batalla de percepciones.

    El campo de esa batalla no se encuentra en los centros de distribución, ni en el llamado mercado. El lugar donde se produce la competencia, el verdadero campo de batalla está en la mente de los clientes. Si no estamos en ella es como si no existiésemos.

    Gracias por tus comentarios.

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