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21 de julio de 2017

la Responsabilidad social Empresarial y El branding


En mi opinión, las campañas de las marcas que apuestan por asumir una responsabilidad social son siempre muy bien acogidas por el gran público. Cuanta más relación exista entre la compañía a nivel corporativo, o la marca en cuestión seleccionada, y la causa social, más efectiva será. 
Sé que este planteamiento no descubre nada y responde  a una lógica simple, pero muchas veces no se tiene en cuenta. 
En ocasiones queda la sensación que se actúa según modas, o por que otros lo hacen nosotros también lo hacemos. De pronto, productos de categorías dispares sin la más mínima relación les da por ayudar la misma causa. 

Cierto que en supuestos puntuales es lo que se debe hacer, tus clientes así lo esperan, pero cuando no se da esa circunstancia conviene seleccionar la causa social con la que colaborar. Del mismo modo que no vale cualquier prescriptor, por famoso que sea, para que presente nuestro producto. Como ya he comentado recientemente, esos presentadores de TV que en intermedios o en el propio programa, en su sección deportiva o del tiempo, de repente se ponen a promocionar, vender los atributos de una marca, cada día una distinta.

En la entrada de hoy la enseña Loewe es un ejemplo de marca que asume una responsabilidad social, tanto a nivel corporativo con su "marca madre" Loewe, como con las dos "submarcas"  Agua de Loewe y Loewe Mar de Coral
Esta campaña está dirigida a la preservación de la posodonia oceánica, según marketing news, se trata de una planta, endémica del Mar Mediterráneo, cuya importancia es extraordinaria, puesto que genera ingentes cantidades de oxígeno, imprescindible para la vida de peces, esponjas y algas.  

Loewe, donará 1 euro por cada foto con tintes mediterráneos subida a las redes sociales bajo la etiqueta #AguaLoewexPosidonia Se ha unido así a la  Asociación Vellmarí que trabaja para protección del ecosistema marino.

Como comentaba al inicio de esta entrada creo que hay suficiente coherencia en esta campaña de Loewe  y sus fragancias "marinas", coherencia tan necesaria para su branding, para que sus usurarios relacionen su marca favorita, o no en ese momento, con acciones que le sean algo más que de su agrado. 

La solidaridad puede conseguirlo, aunque habrá aquellos que busquen el lado "negativo" a las donaciones, por mucho bien que hagan. Ya se sabe que por cada opinión, la gran mayoría de las veces, un 50% estará en contra. hay que contar con ello





16 de julio de 2017

Cuando la Publicidad no Está donde Debería, el Branding sufre II




Esta entrada está relacionada con la anterior del día 14 de junio de 2017 "Cuando la Publicidad no Está donde Debería el Branding sufre" En la que planteaba varios ejemplos, uno de ellos, se refería a aquellos casos en los que el anunciante ve su publicidad apoyando o junto a informaciones, vídeos etc que nada tienen que ver con su branding, y que jamás hubieran comprado un espacio para mostrarse, tan contrario a sus intereses. Este podría ser el caso de alguna publicidad programática, que algunos entienden como en e-mail marketing, "una compra programada de impresiones de publicidad" Es decir publicidad organizada por medio de tecnologías basadas en algoritmos.

Como comentaba en la entrada anterior esto puede llevar a resultados no deseados por el anunciante. En base a dichos resultados, de acuerdo a Financial Times,  YouTube ha propuesto devolver parte del dinero a las empresas que se hayan visto perjudicadas por la aparición de sus publicidades   junto a contendidos de tipo delictivos, supremacistas o extremistas. (Marketing News)

Hasta aquí la primera impresión es que parece que se quiere tomar cartas en el asunto para no dejar en manos de la tecnología parte del "plan de medios", comenzando con asumir su culpa y devolver si no en su totalidad parte de la inversión realizada. Una consecuencia, a priori más que interesante, es la unión de Facebook, Twitter, YouTube y Microsoft para eliminar los contenidos extremistas de sus plataformas.

La sorpresa o extrañeza llega cuando varias de las empresas perjudicadas habían eliminado o disminuido su inversión en YouTube y que habían rechazado el reembolso de 3 dólares que se les ofrecía. Sí, tres dólares. Convencido que debería faltar algún cero que otro busqué en la red datos que me ayudaran a completar la información.

Lo encontré, por ejemplo en esta web Trece Bits, en la que aseguran que esos 3 dólares no es la cantidad más reducida de las ofrecidas a algunos anunciantes. 

El daño que se  puede haber hecho en su marca, a estas empresas no se solventa con tres dólares, y puede que ni con varios miles, es cuestión de tiempo saber qué consecuencias les puede acarrear.

Sorprende que algún directivo haya apoyado "esta idea" y tenido el "valor" de proponerla como compensación. En mi opinión, aunque hubiese una forma de justificar el montante de los tres dólares, es fácil ponerse en el lugar del anunciante y prever su reacción. No creo que haya servido como anzuelo para que vuelvan a confiar en ellos. Quizá hubiera sido el momento de pedir perdón, ¡cuánto cuesta hacerlo! y ofrecer algún tipo de contraprestración como un comunicado público, que seguramente se habrá hecho, quizá ofrecer de forma gratuita la plataforma de YouTube para volver a emitir la publicidad de estos anunciantes.

¿Perderán dinero? Desde mi punto de vista a medio plazo, no, porque ganarán el respeto de estros anunciantes y de otros más, sin duda. 
Lo perderán si desvían sus inversiones a otras plataformas y con ellos se marchan otros.

Lo que sí pueden perder es la confianza, algo tan complicado de recuperar.