El título del post de hoy no pretende relacionar a Marta Domínguez con el dopaje, sino plantear lo difícil que es construir una marca y lo sencillo que resulta destruirla.
Tan sencillo que aunque a fecha de hoy se esté en fase de investigación, en la que se supone, al menos desde mi punto de vista de ciudadano que las informaciones que aparecen en los medios no son oficiales, por tanto el derecho de todos a ser considerados inocentes hasta que no se demuestre lo contrario, permanece vigente.
No creo exagerar nada en absoluto si digo que Marta Domínguez es considerada la mejor atleta española de todos los tiempos. A sus marcas y medallas une cualidades personales que le hacen admirada y apreciada por todos.
Cuando una marca está con un posicionamiento claro en la mente de los clientes, en este caso el concepto "cliente" habría que ampliarlo a "compañeros" "afición" "prensa" etc, cuando se dan informaciones que chocan con este posicionamiento, depende de la fortaleza de la marca, de lo arraigada que esté en nuestra mente que se tambalee o no.
El caso de Marta Domínguez, al menos para la afición, es incomprensible. Si hay algún atleta, que los hay y muchos, que no se relacione con el dopaje, es ella.
Salvando las distancias en cuanto a impacto mediático se refiere, el caso de Tiger Woods (ver post del 01/02/10) en relación a su marca personal, produjo un impacto mundial. No en vano se trataba de yerno que toda madre quería tener. Junto con su mujer formaba la pareja ideal de América.
El propio Woods no perdía, en cada entrevista, la oportunidad de hablar de los valores de la familia y de lo importante que para su vida eran su mujer e hijas. El hablaba de una manera y actuaba de otra. Es difícil comprender como un personaje tan famoso como este, pensaba que podría mantener en secreto sus relaciones extra matrimoniales.
Los problemas surgen cuando la imagen que queremos dar, nuestra marca, no es percibida de la misma forma por nuestros públicos, compañeros de trabajo, amigos , familia etc.
Domínguez es sinónimo de esfuerzo, trabajo, profesionalidad, reto, superación, humildad. Aspectos todos ellos alejados del concepto de dopaje y cualquier relación que se puede tener con esta actividad.
En este tipo de situación no está sólo en peligro la marca personal de los afectados, sino de sus compañeros de profesión y del país al que representan. Ayer hubo mundiales de Cross, donde los españoles obtuvieron una buena actuación, tanto el equipo masculino como el femenino. No sería de extrañar que muchos aficionados dudaran de la legitimidad de los resultados.
Poco importa si los que participaron en el mundial no están incluidos en la operación Galgo que se lleva a cabo. Ya que les engloba en "son atletas y son españoles y están siendo investigados".
España lleva varios años obteniendo grandes resultados en diferentes modalidades deportivas, tanto a nivel de equipo como individual. Son varios los casos relacionados con el dopaje, unos confesados otros descubiertos. En ciclismo, no sólo españoles, ahora en atletismo. España como marca no pude permitir que desde el exterior se generalice cualquier caso de dopaje con "el deporte español".
Por diferentes motivos España es noticia, casi cada día. Los controladores, la huelga general, los éxitos deportivos, el impacto de nuestros deportistas. La situación económica, de ser un país europeo puntero a estar en el furgón de cola.
Es necesario transmitir la idea de que España es capaz de corregir sus errores, sus defectos, tanto a nivel deportivo como político-económico. Credenciales para transmitir dicha imagen tenemos aunque nos empeñemos en hacer patentes nuestras diferencias con mayor énfasis que todo aquello que nos une que es mucho más.
España es admirada por su transición política desde la dictadura a la democracia, lo que nos da la capacidad más que suficiente para solucionar todo aquello que aleje a la Marca España de los valores que nos son propios.
En resumen, cuesta mucho crearnos una marca y muy poco destruirla. Cuanto más alto o más famoso es el personaje, más arrastra en su caída si su acción no sólo incluye a él mismo sino a sus compañeros de profesión, lo que a su vez implicaría al país. Es decir el caso de Tiger Woods sólo le afecta a él y no a los golfistas americanos.
No sé como terminará la Operación Galgo contra el dopaje, pero el daño está hecho, tanto a nivel de las personas relacionadas con ella, como a nivel institucional y de marca país. Poco importará si la acusación no es de consumo y sí de tráfico, incluso si Marta Dominguez termina exculpada el daño y las dudas serán difíciles de contrarrestar.
Ahora queda confiar en que todo se resuelva lo más rápido posible y ante todo dejar patente, que en España se persigue la tolerancia cero contra el dopaje venga de donde venga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario