La crisis actual que vivimos ha llevado a casi todas las marcas a replantearse su estrategia comercial, lo que implica ajustes en comunicación, branding y posicionamiento. Los ajustes entendidos por los consumidores, sobre todo los relativos a precios, en estos momentos se agradecen y mucho.
Las bajadas de precios, que son algo más que ajustes, presentan un gran peligro. Por un lado pueden afectar al posicionamiento inicial de la marca, y por otro dificultar la vuelta a precios anteriores en un futuro próximo, si el consumidor no entiende por qué si se puede ofrecer el producto más barato se ofrece más caro aunque la crisis haya pasado.
Grandes marcas han optado una vez ajustado precios, básicamente como respuesta a la bajada de las marcas blancas, por ofrecer más cantidad de producto en lugar de reducir el precio. Las marcas blancas continuaron con su implacable bajada, intentando llevar, en mi opinión, a las marcas de fabricante a sus límites, con la intención de demostrar lo que su comunicación defienden. Que no es otra cosa, que la similitud entre marcas de fabricante y marcas blancas.
Llegados a este punto, a mi modo de ver se pueden dar situaciones complicadas para ambas clases de enseñas. La marca de distribuidor o blanca se podría enfrentar a un problema como sería que las de fabricante redujeran sus precios casi al nivel de éstas, algo ilógico aunque solo sea por cuestiones de costos, lo que llevaría a los consumidores a elegir, en su mayoría , a similitud de precios, la marca de fabricante puesto que son conscientes de la mayor inversión que éstas realizan en investigación y desarrollo.
Otro problema que se pueden enfrentar las marcas blancas es que la continua reducción de precios, lleve a los consumidores a dudar de la posibilidad de obtener calidad a cambio de tan poco dinero, pueden perder credibilidad.
En lo que se refiere a las marcas de fabricante, que deciden no entrar en guerra de precios una vez efectuado ese ajuste de crisis, lo cual me parece una gran decisión, su estrategia debe ser volver a comunicar su posicionamiento inicial, aquello que les llevó a los primeros lugares en su categoría.
En el caso de Leche Pascual, su concepto diferenciador fue y debería seguir siendo la calidad. En su reciente campaña apuestan por diferenciar su producto no ya de otras marcas de fabricante, sino de las marcas blancas, incidiendo en que " no todas las leches del mercado tienen la misma calidad, no recogen la leche diariamente, ni poseen triple control en las ganaderías..."
Pascual fue reconocida en su orígenes y premiada por su procesos de elaboración en la obtención de una leche de calidad, tampoco deberían olvidar en la compañía recordar a los consumidores que fueron ellos los pioneros en innovación, que las primeras leches desnatadas y semi desnatadas lanzadas fueron las de Pascual. Tampoco está de más hacer una referencia al ajuste de precio como apoyo a la cesta de la compra de los consumidores, estando en la situación actual que vivimos. Esta actitud, la olvidaron durante mucho tiempo, pero no tarde para retomarla.
Creo que las marcas de fabricante que cuentan con un posicionamiento claro y diferenciado, que ocupan un lugar destacado en la mente de los clientes, no deberían olvidarlo a pesar de la crisis, seguir comunicando su propuesta diferenciadora, no entrar en guerra de precios. En la medida que se organicen entre ellas defender la apuesta, en favor del consumidor, de la enorme diferencia que existe entre ellas y las marcas de distribución en cuanto a inversión en I+D+i, se refiere.
Como en toda guerra cada bando tiene sus objetivos, unos basan su estrategia en el bajo precio y e intentar demostrar a sus públicos que las calidades son las mismas y los otros defienden precios superiores por ofrecer una mayor calidad, y mayor inversión de cuyos resultados se apropian, como copia aparente las marcas blancas, de ahí algunas comunicaciones del tipo "no fabricamos para otras marcas" (quizá hubiera sido más claro, no fabricamos para marcas blancas) o "pida el auténtico o el original..."
Por último según Alimarket, la marca de distribución sigue arañando cuota de mercado a las marcas de fabricante, llegando al 54%, a continuación está Central Lechera Asturiana con el 15.5% y Pascual con el 7%.
¿Porqué esta diferencia entre las dos? En mi opinión por ir en contra de algunas de las leyes del branding, como la que nos dice que el poder de una marca aumenta con su enfoque en un concepto concreto, por tanto cuanto más cosas significa una marca, cuanto más amplia es, menos poder tiene, es decir su posición en la mente de los consumidores es más débil.
Pascual ha puesto su nombre de marca a productos que no tienen que ver con la leche, casi dobla en número las referencias de Central Lechera Asturiana. Siguiendo con esta estrategia le resultará muy complicado, sino imposible, liderar el mercado de la leche en España.
Es mejor la leche de marca que la de marca blanca
ResponderEliminarOpino como tú, aunque realmente lo que importa son las percepciones de los consumidores respecto a ambas. Si las marcas de distribuidor logran que esas percepciones sean similares, o cuando menos cercanas habrán conseguido su objetivo, que no es otro que equiparar a ambas resaltando que la diferencia solo estaría en el precio.
ResponderEliminarSaludos y gracias por dejar tu comentario.
Yo, creo que la marca blanca en muchas ocasiones es buena, realmente no he probado todas como para afirmar algo tan radical..., generalmente, es una opinión se paga la marca, la publicidad...etc.
ResponderEliminarconcretamente conozco el funcionamiento de un Centro comercial, muy conocida, que se dedica a comprar a pequeñas empresas para que le hagan el producto, les da tanto trabajo que terminan quedándose con la empresa.
Gracias por la información dada
Muy acertado el comentario. A la hora de vender no importa tnnto que tiene más calidad, sino la calidad que percibe el consumidor en el producto.
ResponderEliminarSi bien el consumidor es cada vez más "instruido"y a la hora de hacer su eleccion comienza a comparar ingredientes y sabores. Un ejemplo puede ser el Gazpacho "Al Valle". Como onsumidora sus ingredientes naturales y su sabor a auténtico gazpacho lo hacen único. He bebido otros de marcas blancas y no existe comparación, aunque me gaste algún euro más prefiero tener la sensación gustativa de que me estoy bebiendo un gazpacho tradicional y no una mezcla con sabor extraño que supuestamente debe ser un gazpacho
Efectivamente hay productos con marca de distribuidor muy dignos, a mi personalmente me lo parecen algunos tipos de helados que consiguen una copia casi perfecta. Pero son eso, copias, necesitan casi siempre la existencia de una marca de fabricante para existir para aprovechar el modo de hacer las cosas. Esto supone menos gasto en investigación.
ResponderEliminarMuchas empresas fabrican solo marcas blancas para distribuidores. No sé bien como consiguen en ocasiones hacerlo a precio tan bajo.¿sin resentirse la calidad? ¿con los mismos materiales? cuesta creerlo.
Gazpacho Al Valle cuenta con algo que no poseen las marcas blancas, es precisamente eso, una marca, con un significado concreto Gazpacho de huerta. Mientras solo hagan gazpacho todo irá bien, serán considerados como especialistas en lo que hacen. Algo que Don Simón no puede hacer, pone su nombre a demasiadas cosas.
Normalmente vemos lo que queremos ver y las cosas nos saben a lo que queremos que sepan, es decir, en las pruebas de sabor, casi nunca gana la marca líder. Sin embargo al ponerles la etiqueta las compramos, ese el el poder de la marca, para la que se necesitan años construirla.
Gracias a los dos por vuestro comentario en el blog.
saludos