Ser líder no es tarea fácil. Requiere compromiso y una responsabilidad enormes. Se espera de un líder que sea ejemplo para todos, tanto para los que le siguen como para los que no. Estos últimos podrían convertirse en seguidores si su líder no responde a las expectativas.
Tanto a nivel de marca empresarial como personal el liderazgo implica innovación, mejora, predisposición a facilitar el trabajo de sus compañeros, de su entorno personal y profesional sea cual sea este, independientemente del puesto o cargo desempeñado.
Como empresa esa mejora continua va dirigida a elevar la calidad de vida de sus públicos, reinventándose constantemente. Lo que a su vez provoca que la competencia, aquellos que se encuentran en los puestos más cercanos al líder, no tengan facilidad para atacar, puesto que con continuas innovaciones y mejoras se encuentra siempre en movimiento, lo que dificulta ajustar el objetivo y por tanto ser objeto de ataques.
Esto es lo que distingue a las empresas líderes de las que no lo son. Su estrategia competitiva. El primer ataque al líder debe venir de él mismo, haciendo obsoletos sus propios productos. Esta en sin duda, su mejor defensa. Como decía al principio requiere una responsabilidad enorme tirar constantemente del carro de su categoría en cuestión. La mayoría de las empresas que forman parte de dicha categoría se limitarán a ser un "empresa yo también". Cuando salga un nuevo producto, lo copiaran, al menos en apariencia. Cuando esto ocurra, posiblemente el líder ya habrá lanzado la nueva versión. Siempre un paso por delante.
Sin embargo observo que muchas compañías sostienen en sus comunicaciones que son líderes. ¿Líderes en qué? Siguiendo a Trout, los liderazgos más reconocidos son los que se refieren a ventas, tecnología y rendimiento. Auto proclamarse líder no tiene ningún sentido. Lo primero que puede provocar en los consumidores es una reacción en contra "otro más que dice lo mismo". Ya que se opta por esta actitud, al menos que el asunto en el que cual se es líder que sea en algo que importe al consumidor, por un lado y que sea verídico, por otro.
Si se comprendiese el "trabajo" que da el liderazgo, el compromiso que supone, la investigación e inversión que requiere, es posible que no se asumiera tan a la ligera el papel de número uno.
Por otro lado el que realmente disfruta de dicha posición debe decirlo, avalarlo con datos. A los consumidores les gusta probar marcas, pero la mayoría de las veces compran la marca líder, por eso lo son. Cuando se es líder y se ocupa esta posición en el mente de los clientes, que no dejar de ser el único lugar por el que hay que luchar, se cuenta con una ventaja, que es tener una mayor capacidad, y obligación, para bloquear aquellos movimientos de la competencia que consideremos peligrosos a nuestros intereses.
Por último, a nivel de marca personal, el objetivo debería ser liderar nuestra vida, tomar el mando de ella, si no lo hacemos así es muy probable que lo asuman otros. Es mejor, más práctico y mucho más rentable ser tu propio líder.
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