Los debates sobre el origen de la publicidad suelen ser interminables y poco concluyentes. En la época de la facultad este debate se terminaba cuando el nombre profesor que impartía la clase coincidía con el del autor del libro sobre el que se basaba la asignatura ese año.
No son pocos los partidarios de situar este origen en Roma, fundamentalmente, donde se "elaboraba" la comunicación con una mayor intencionalidad que en épocas anteriores. En mi opinión el origen de la publicidad existe desde el momento que alguien tiene algo que puede interesar a otro.
Y si del branding se trata, del branding personal concretamente, existe, aunque de modo incosciente desde los primeros habitantes de la tierra.
Dejando este debate para los expertos, la entrada de hoy va dedicada a uno de los primeros textos considerados publicitarios, me atrevería a añadir que el texto cuenta con una frase, dentro del anuncio completo, que hoy dia reflejaría una búsqueda de posicionamiento claro en la mente de los clientes, dice así : "...donde se tejen las más hermosas telas al gusto de cada uno" No se trata de un lugar donde uno va a comprar telas sino que se elaboran al gusto de cada uno. Este sí qué es un modo de ser diferente.
Hoy dia no son muchas las empresas textiles que dan este servicio. Existe un catálogo del cual se selecciona la tela que más se acerque a nuestro interés. La frase, al menos hoy día, buscaría diferenciarse de la competencia, con un posicionamiento directo.
El texto completo, atribuído a un noble comerciante llamado Hapú, dice así:
“Habiendo huido el esclavo Shem de su patrono Hapu, el tejedor, éste invita a todos los buenos ciudadanos de Tebas a encontrarle. Es un hitita, de cinco pies de alto, de robusta complexión y ojos castaños. Se ofrece media pieza de oro a quien de información acerca de su paradero. A quien lo devuelva a la tienda de Hapu, el tejedor, donde se tejen las más hermosas telas al gusto de cada uno, se le entregará una pieza de oro”
“Habiendo huido el esclavo Shem de su patrono Hapu, el tejedor, éste invita a todos los buenos ciudadanos de Tebas a encontrarle. Es un hitita, de cinco pies de alto, de robusta complexión y ojos castaños. Se ofrece media pieza de oro a quien de información acerca de su paradero. A quien lo devuelva a la tienda de Hapu, el tejedor, donde se tejen las más hermosas telas al gusto de cada uno, se le entregará una pieza de oro”
Bien aprovechado el texto de la búsqueda del esclavo, para introducir casi subliminalmente el posicionamiento de la empresa textil del comerciante, al que podríamos denominar anunciante. Esta comunicación fue escrita en un papiro en torno al año 3000 antes de Cristo, encontrado en la ruinas de Tebas. Actualmente se conserva en el British Museum.
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