

Podemos concentrar tanto el enfoque de nuestro producto que lleguemos a una situación ideal: crear una nueva categoría, en la que evidentemente somos los primeros, con la importancia que ello conlleva para posicionarnos en la mente de los clientes. Para que ese posicionamiento sea eficaz debemos buscar una palabra fácil de recordar, que comunique lo que el producto es, y que nos sirva para diferenciarnos de los competidores.
Peque Oliva, cumple con todo lo expuesto, el nombre indica de maner

Peque Oliva presenta una baja acidez y un elevado índice de ácido oleico, que ayuda a prevenir una de las enfermedades más comunes entre los más pequeños, como es el colesterol infantil.
Pertenece a la empresa madrileña Vega Carabaña.

Están ante una buena oportunidad para expandir la categoría de aceite para los más pequeños, promocionando los beneficios de ésta, no de la marca, a la vez que aprovechamos una ocasión única para que nuestra marca sea la que represente a la categoría, es decir que Peque Oliva sea al aceite para bebés y niños lo que Kleenex es para los pañuelos de papel.
Esto último no se si se está llevando a cabo conscientemente, a nivel de comunicación a los diferentes públicos de la marca, sería una lástima perder esta oportunidad de apropiarse del atributo de liderazgo, en la mente de los consumidores, que como he dicho alguna vez es donde tiene lugar la batalla de marketing (Jack Trout) y de ser el genérico en su categoría.

Por último el envase entra dentro del estilo de la compañia, parecido a otra marca como es la LATITA de MADRID. A mi, personalmente, si se pretende dar imagen premiun, o gourmet, de precio alto en definitiva, hubiera evitado cualquier similitud con envases de aceite de motor, en cuanto a la forma se refiere.
Confío que a partir de ahora, los pequeños grandes gourmets disfruten más de sus comidas.
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