No deja de ser curioso, a pesar de los muchos ejemplos que disponemos, cómo grandes compañías, que se les supone rodeado de los mejores profesionales, se empeñan en ir contra el sentido común. Da la sensación que cuentan con algún dato que los demás desconocemos. De ser así, me inclinaría a pensar que ese dato no deja de ser obvio: los números o lo que es lo mismo, ingresar más ahora, que a medio y largo plazo ya veremos.


En el boletín 1887 de FACUA, he leído, no sin asombro, que Movistar pretende, a partir del próximo cinco de febrero, dar otra vuelta de tuerca al branding, a su palabra y a sus clientes.
Dice así, el primer párrafo:
De ser cierto que llega el día cinco de febrero y se aplica la subida de tarifas, me pregunto por qué ese empeño en dañar lo que tanto cuesta construir, como es el branding, el posicionamiento. Lo que opinan los clientes de ti como empresa, la posición que ocupas en su escalera mental en el momento de la toma de decisiones.
Entiendo que han dejado la puerta abierta a la competencia, no a cualquiera, sino a aquella dispuesta a apostar por el hueco que se les muestra, valiente y con palabra. Aquella, que reposicionando a Movistar, diga, a modo de simple ejemplo, algo como. "...cuando nosotros (Orange, Jazztel, Ono, etc) decimos que nuestras tarifas son para siempre, son para siempre. Palabra"
Veremos cómo transcurre todo y si la competencia ve o no un posibilidad de atacar al líder.