En anteriores ocasiones he tratado el tema del liderazgo en cualquier categoría de producto, de cualquier sector. Me atrevería a decir que actualmente se ha reducido la costumbre de ver en las campañas publicitarias reclamos de nº1 en ventas, producto más vendido en tal sitio, el dentífrico más recomendado por dentistas, el mejor sabor, el más rápido, el mejor...
En mi opinión, este tipo de comunicaciones deberían estar mucho más vigiladas, quizá ya lo estén y por ello haya disminuido su uso, o simplemente sólo se trate de un cambio en las tendencias comunicativas, no lo sé. Lo que sí sé, es que asumir una primera posición sin ser cierto entra dentro de la publicidad engañosa y no de la exageración publicitaria.
Esta figura, la exageración publicitaria, está permitida, es legal, forma parte de la particular forma de comunicar que se puede utilizar en el mundo de la publicidad. Si un anuncio de coches, dice que con determinado modelo vas al fin del mundo, el consumidor nunca creerá que esa afirmación es cierta. Ni cuando lee que un determinado chocolate le provocará el mayor de los placeres. Se trata de exageración y como tal se entiende. Sin embargo, si se da el caso contrario, es decir, que los consumidores hayan creído como cierto el eslogan, y no como una exageración publicitaria, la campaña puede ser considerada ilícita, puesto que se trata de una comunicación engañosa.
Por tanto, afirmar que se es el número uno, o se dispone de un producto con el mejor sabor, o se es líder por cualquier motivo, hay que demostrarlo. Esta demostración reforzará el liderazgo del producto o de la compañía frente a todos sus competidores y los consumidores potenciales o no. Se debe contar con las credenciales que apoyen sin lugar a dudas este tipo de posición destacada.
Hace un par de meses el organismo de autorregulación publicitaria, el Jurado de Autocontrol resolvió en contra de una campaña de Gallina Blanca, por motivos similares a los que estamos tratando en esta entrada. No doy por hecho que haya mala fe cuando se asume un liderazgo sin demostrarse, sólo digo que se debe respetar más el uso de este tipo de comunicación, porque sino dejará tener efecto.
Nestlé reclamó a Autocontrol la campaña de los fideos orientales de Gallina Blanca, Yatekomo, cuyo mensaje decía "los fideos orientales que más gustan", por su posición preeminente frente a los competidores. Gallina Blanca presentó los argumentos que ellos afirmaban les daban las credenciales para sostener algo así. Autocontrol, en su resolución del pasado mes de febrero, decía que los documentos aportados para explicar el liderazgo en ventas no justificaban el mensaje "los fideos orientales que más gustan", puesto que dichos estudios no demostraban que ese liderazgo en ventas fuera debido al sabor y no a otros factores como la novedad, el precio, la distribución, la promoción.
Desde mi punto de vista, este es un ejemplo de guerra de marketing, digamos sin cuartel. En este caso, Gallina Blanca no trata de asumir una posición destacada, sin más, puesto que se aportan estudios que justifican el liderazgo en ventas. El error de Gallina Blanca ha estado en no haber sido capaz de unir ese liderazgo con el sabor de Yatekomo.
Imagino que si pasado el tiempo el producto sigue líder, ya no será por la novedad, ni por el precio ¿por el sabor? habrá que aportar estudios que lo demuestren, o sino cambiar el mensaje "los fideos orientales que más se venden" "los fideos orientales prefridos por los consumidores" etc.
Por último insisto en se deberían vigilar mucho más aquellos mensajes publicitarios que anuncian posiciones destacas sin el más mínimo estudio que lo avale. En el mismo envase, anuncio impreso, vallas, televisión, internet, debe ir incorporado algún dato relativo que justifique esa afirmación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario